jueves, 26 de abril de 2012


Un nuevo día, un nuevo milagro
Imagen cortesía @FMPinilla

      Hace unos meses, mientras ojeaba con mi novio una revista, nos topamos con un atrayente artículo. En el escrito se hacía referencia a un documental, según mi calificativo, aún más sugestivo. Se trataba de “Life in a day” (La vida en un día), un proyecto que surge en el año 2010 por iniciativa del productor Ridley Scott; pero principalmente, gracias a  la colaboración y participación de miles de personas  de aproximadamente 192 países del mundo, quienes voluntariamente enviaron grabaciones referentes a lo que hicieron el 24 de julio de ese mismo año.


Imagen extraída del portal web Qiibo
Como es de esperarse, decidimos unánimemente darle rienda suelta a nuestra curiosidad y poner el cursor en “play”. Fueron 90 minutos frente a la pantalla y aunque teníamos los ojos cuadrados, el tiempo invertido valía la pena, porque sencillamente es una gran producción. En ella se logra plasmar la riqueza de nuestra diversidad, lo más sublime del ser humano, sus miedos, tristezas e incluso, momentos de felicidad; todo ello con “simples” muestras de lo que acontece en la cotidianidad. Hago énfasis en la palabra “simple” porque esto es lo que percibimos de nuestras rutinas: simplicidad.  Justamente es este punto lo que me gusto del gran trabajo de Scott.  Al verlo es posible comprobar que aunque nuestras vidas estén regidas por una rutina y todo en ella sea tan repetitivo que no logremos determinar cuál es la razón de nuestra existencia, cada día vale, porque cada día es un nuevo milagro.


Ese es el mensaje que pude extraer de este documental, les invito a que ustedes descubran el suyo y lo compartan. Aquí les facilito el link, dedíquenle su tiempo y ¡Que lo disfruten!

lunes, 6 de febrero de 2012



El regalo que me dio la vida

Imagen cortesía de @FMPinilla

     ¿Quién no ha soñado con encontrar al hombre o la mujer de su vida y permanecer junto a él o ella por el resto de la eternidad? Creo que son pocos los que no lo han hecho, porque toda persona anhela crecer, desarrollarse y encontrar ese pedazo que, sin la menor duda, le falta para lograr Ser. Todos hemos buscado nuestro complemento y muchos otros, seguramente, aun continúan buscándolo.


Y es que así se nos ha programado. Biológicamente dependemos de un ser del sexo opuesto para lograr reproducirnos, pero más allá de los fines reproductivos, existe otra razón de gran peso. La unión de dos personas se vuelve esencial porque es posible encontrar a través de ella una ayuda idónea, además de lo necesario que es para el Hombre configurarse en una sola carne; tal como Dios lo quiso con Adán y Eva. 
Sabiendo esto, no hay nada mejor que abrir los ojos y tener al lado a la persona a quien se ama. Nada se compara con tener la certeza de que la vida nos ha cruzado en el camino al ser indicado, a la persona con la que siempre se ha soñado.



Así me siento hoy. Inicio la semana con el hombre que amo, transcurre un día más junto a él. Nuestra historia ha tenido sus dificultades, impedimentos que van desde lo etario hasta lo ideológico. Pero lo que tenemos Es hoy en día, porque así ambos lo hemos querido; a tal punto de encaminarnos con miras a superar las diferencias, volviéndonos más tolerantes y moderando comportamientos erróneos. Estas situaciones, sin lugar a dudas, le han dado un toque de complejidad a la relación; pero nada en esta vida es fácil y, como dice el dicho, "lo que cuesta poco, dura poco". Por mi parte, prefiero que cueste, a que acabe.


Es bonito sentirse enamorad@, pero qué difícil es conseguir a la persona capaz de hacer surgir ese sentimiento. La sensación de vacío, de inconformidad, desaparece y sólo se acrecienta cuando no es posible -por diversas circunstancias- estar con él o con ella. Pero cuando está presente, todo vuelve a ser perfecto, se apodera de nosotros una felicidad casi irreal; pero no es así, es real y se está viviendo.


Quizás mi escrito sea cursi (a mi favor puedo decir que jamás había escrito algo parecido) pero pienso que si se necesita una dosis de cursilería para ser felices, todos deberíamos vacunarnos de vez en cuando. Además, es triste dejar pasar momentos importantes por no tener valor de quitarnos la máscara que va invadiendo nuestro rostro al ir aproximándonos a la "etapa de la madurez". Hoy no quiero restringirme y hago un llamado para que ustedes tampoco lo hagan.


Hoy cumplo un mes más junto a Fernando Pinilla, mi novio. Quizás en términos de tiempo sea poco, pero en cuanto a convivencia y experiencias ha sido grandioso y no podría dejar pasar esta ocasión.  Por ser el hombre que siempre soñé, por ser la persona que Dios apartó para mí, por ser "El regalo que me dio la vida": este escrito es para ti.


Feliz Mesesario, amor.


domingo, 29 de enero de 2012


El dilema de los damnificados


Fotografía fuente: El Universal
    "Qué gente tan de lo último", esa fue la primera impresión que tuve al observar el caos dejado en las calles que bordean la Torre El Chorro; edificio que funciona como refugio para algunas de las familias que resultaron damnificadas luego del estado de contingencia generado por las lluvias suscitadas en el país desde septiembre del año 2010, hasta los primeros meses del siguiente año. 

Calles cerradas, restos de objetos quemados, vidrios quebrados, alimentos arrojados al pavimento, personas curiosas y unas cuantas decenas de Guardias Nacionales vigilando el lugar; es lo que puede apreciarse, hoy 26 de enero, al caminar por pleno Centro de Caracas e intentar aproximarse a la antigua "Torre Unión", sede actual de tres importantes Ministerios del país.


Lo que paso por mi mente al observar lo ocurrido ha sido un comentario cargado de prejuicios, pero así como yo, más de uno piensa de la misma manera. Posiblemente, la diferencia entre el resto de las personas y yo, es que me he detenido a reflexionar, más allá de lo que pasa, en el trasfondo de la situación.
Se muy bien que las zonas propensas a padecer ante una contingencia de orden natural son aquellas en las que las viviendas no cumplen con los correctos -o al menos los mínimos- requisitos para su construcción.



En Venezuela, la mayoría de viviendas que resultan afectadas están ubicadas en terrenos de alto riesgo. Por lo general, estos sectores son, socioeconómicamente hablando, los más deprimidos; mientras que las personas que se desenvuelven en este mundo de vida, sin intención de generalizar, divergen en las prácticas de vida con respecto a otras que habitan en zonas en las que se tiene mejores condiciones y mayores oportunidades de empleo y educación.



Los damnificados no son exclusivamente comunidades marginales. Pero, más allá de una mirada economicista, recordemos que la mayoría proviene de contextos en los que la ciudadanía termina configurándose con marcadas diferencias respecto al deber ser y actuar del resto de la sociedad; acciones que, a palabras de Edgardo Lander, no son más que meras acepciones eurocéntricas. Entonces bien, algo de justificación tengo al lanzar la afirmación con la que empiezo este escrito; pues, efectivamente, sus comportamientos han sido condenados históricamente por tratarse de prácticas culturalmente mal vistas.
Si llevamos este asunto a la realidad que hoy observo, podríamos asociar fácilmente el comportamiento de las personas refugiadas a su configuración cultural. Pero ¿Nos hemos detenido a pensar más allá de lo superficialmente preconcebido? Yo no lo había hecho, no hasta escuchar la declaración de una de las damnificadas.

Fotografía fuente: Globovisión




El motivo de la protesta estuvo fundamentado en la intención del gobierno de turno de reubicar a las familias albergadas en apartamentos construidos en Los Valles del Tuy. Ante esto me pregunto ¿A quién podría molestarle recibir un apartamento nuevo y equipado? Porque, desde una perspectiva racional, lo lógico es sentirse complacido, más por saber que de alguna u otra forma la deuda social está comenzado a ser saldada. 
¿Qué sucede entonces con estas personas? ¿Las protestas se deben netamente a que son unos -como he venido escuchando- "desadaptados sociales"? La verdad, me niego a aceptar tan absurda vinculación. Porque, como diría Miguelina Montiel (una de mis más respetadas profesoras) "siempre existe algo tras bastidores"; por ese motivo no debemos cegarnos ante los indicadores.



Hace unos días, en el marco de la presentación de la Memoria y Cuenta del último período de gestión del Presidente Hugo Chávez, el Diputado Julio Borges formuló una interrogante que bien habría podido pasarme desapercibida a no ser por la respuesta del Presidente; la cual, más que una razón me pareció una excusa.
Se intenta justificar que, incluso después de haber transcurrido casi dos años del ingreso, aun exista altas cifras de familias en los diversos refugios habilitados, alegando que no se ha podido reducir el número de refugiados porque "la gente no se quiere ir de Caracas" Pero aquí, me atrevo a afirmar, no se trata de que la gente se quiera ir o no porque teman encontrarse con una realidad distinta a la suya, ni tampoco a que no quieran padecer un desarraigo cultural.


El problema de fondo no es ninguna de esas razones. La realidad nos indica que sencillamente no se puede vivir sin Caracas, o peor aún, no se puede subsistir fuera de ella. No precisamente porque la capital sea ese manojo de virtudes que mencionaron alguna vez Piero y la Billo's en sus canciones. Actualmente existe un grado de dependencia con esta ciudad porque, paradójicamente a lo que viene estableciéndose en las Constituciones del 61 y del 99, no existe descentralización. Los principales entes gubernamentales, las mayores fuentes de empleo e instituciones educativas y en definitiva, gran parte de los recursos de la renta petrolera se encuentran concentrados en la Gran Caracas.


Si nos detenemos a pensar, no es cuestión de marginalidad, de resistirse a perder el arraigo a unas prácticas de vidas que les son propias. Se trata de no querer ir a una localidad posiblemente desconocida, donde no se tiene la certeza de contar con empleos donde se ejerza (si es el caso) la profesión para la cual se han formado o el oficio en el que se han desenvuelto. Donde no se sabe si contarán con buenas vías para movilizarse, la correcta recepción de servicios básicos o un mercado en el que puedan disponer de los recursos que su naturaleza humana requiere. Se trata de tener que adaptarse a las circunstancias, porque para nadie es un secreto que en el interior del país no se ofrece como es debido la "igualdad de oportunidades" contemplada en materia de la Seguridad Social.



No culpemos entonces a los damnificados por su negativa, tomemos en cuenta el verdadero contexto. Analicemos la situación del país, el funcionamiento de las políticas implementadas, el cumplimiento de lo planificado en el actual Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. ¿Realmente se ha podido alcanzar una "Nueva Geopolítica Nacional" (Noveno eje del Plan)? Queda a su criterio dar respuestas a esta pregunta.

Dayana Márquez




jueves, 26 de enero de 2012

¡Bienvenidos!


Este primer post es para darles a todos aquellos que me visiten por acá, una calurosa bienvenida. Espero que les guste todo lo que publicaré en esta bitácora multicolor.

Les dejo una cancion de Il Divo para que disfruten de esta aventura que llamo blog.