lunes, 6 de febrero de 2012



El regalo que me dio la vida

Imagen cortesía de @FMPinilla

     ¿Quién no ha soñado con encontrar al hombre o la mujer de su vida y permanecer junto a él o ella por el resto de la eternidad? Creo que son pocos los que no lo han hecho, porque toda persona anhela crecer, desarrollarse y encontrar ese pedazo que, sin la menor duda, le falta para lograr Ser. Todos hemos buscado nuestro complemento y muchos otros, seguramente, aun continúan buscándolo.


Y es que así se nos ha programado. Biológicamente dependemos de un ser del sexo opuesto para lograr reproducirnos, pero más allá de los fines reproductivos, existe otra razón de gran peso. La unión de dos personas se vuelve esencial porque es posible encontrar a través de ella una ayuda idónea, además de lo necesario que es para el Hombre configurarse en una sola carne; tal como Dios lo quiso con Adán y Eva. 
Sabiendo esto, no hay nada mejor que abrir los ojos y tener al lado a la persona a quien se ama. Nada se compara con tener la certeza de que la vida nos ha cruzado en el camino al ser indicado, a la persona con la que siempre se ha soñado.



Así me siento hoy. Inicio la semana con el hombre que amo, transcurre un día más junto a él. Nuestra historia ha tenido sus dificultades, impedimentos que van desde lo etario hasta lo ideológico. Pero lo que tenemos Es hoy en día, porque así ambos lo hemos querido; a tal punto de encaminarnos con miras a superar las diferencias, volviéndonos más tolerantes y moderando comportamientos erróneos. Estas situaciones, sin lugar a dudas, le han dado un toque de complejidad a la relación; pero nada en esta vida es fácil y, como dice el dicho, "lo que cuesta poco, dura poco". Por mi parte, prefiero que cueste, a que acabe.


Es bonito sentirse enamorad@, pero qué difícil es conseguir a la persona capaz de hacer surgir ese sentimiento. La sensación de vacío, de inconformidad, desaparece y sólo se acrecienta cuando no es posible -por diversas circunstancias- estar con él o con ella. Pero cuando está presente, todo vuelve a ser perfecto, se apodera de nosotros una felicidad casi irreal; pero no es así, es real y se está viviendo.


Quizás mi escrito sea cursi (a mi favor puedo decir que jamás había escrito algo parecido) pero pienso que si se necesita una dosis de cursilería para ser felices, todos deberíamos vacunarnos de vez en cuando. Además, es triste dejar pasar momentos importantes por no tener valor de quitarnos la máscara que va invadiendo nuestro rostro al ir aproximándonos a la "etapa de la madurez". Hoy no quiero restringirme y hago un llamado para que ustedes tampoco lo hagan.


Hoy cumplo un mes más junto a Fernando Pinilla, mi novio. Quizás en términos de tiempo sea poco, pero en cuanto a convivencia y experiencias ha sido grandioso y no podría dejar pasar esta ocasión.  Por ser el hombre que siempre soñé, por ser la persona que Dios apartó para mí, por ser "El regalo que me dio la vida": este escrito es para ti.


Feliz Mesesario, amor.